Estamos por terminar este año 2021, próximos a celebrar Navidad, la noche de paz, de amor, que trae gozo y unidad a la humanidad sin importar raza o religión.
Y, ¿qué celebramos en Navidad? el misterio de la cercanía sorprendente y desconcertante de Dios, enamorado de la humanidad, que no duda en bajar a la tierra, en el seno de una Madre: indefenso, vulnerable y frágil, para ser aceptado o no en nuestra vida. Quien aquí se acerca con humildad, contempla lo que San Juan nos dice: “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros… y de su plenitud todos hemos recibido gracia en abundancia” (Jn 1,14.16).
Sí, Jesús, el Emmanuel, nació para morir, nació para “darnos vida y vida en abundancia” (Jn 10,10), nació para enseñarnos el sublime misterio de la pequeñez, de la sencillez que se esconde en un pesebre, mostrándonos con ello cómo se llevan a cabo las grandes obras.
Madre Martha nos ayuda a acercarnos a este misterio, con el que tanto gozaba, y nos invita a contemplarlo con su particular sencillez: “Acerquémonos de puntillas al Pesebre de Belén, con el sigilo de un niño que quiere hacer una travesura... callandito... callandito... Con la confianza y el gozo del pequeñuelo que quiere dar a su madre una gratísima sorpresa, y... quedémonos allí, junto a María... aprendamos de Ella, y por Ella, las sublimes y provechosas lecciones de pequeñez que sólo pueden aprenderse en la primera y más grande cátedra de caridad: el portal de Belén... y, cuando hayamos aprendido lo que sólo allí se aprende, sin apartarnos de ese delicioso rinconcito, salgamos, con la misma sencillez, con la misma naturalidad, con la misma alegría con que los pastores deben haber salido del portalito; salgamos también nosotros para difundir por todas partes el ‘buen olor de Cristo...’ el suyo, el verdadero, el que se esconde en la pequeñez, en la sencillez, en la humildad... de lo que tan necesitado está el mundo, nuestro mundo actual, que vive deslumbrado por las apariencias, y que sólo se preocupa por el brillo y por la ostentación”[1].
¿Qué es para ti la Navidad? ¿Cómo te preparas para celebrarla? ¿Te animas a vivir la sencillez y humildad del misterio de Belén?
[1] Martha Christlieb, 25 diciembre 1967. Escritos espirituales (AHSVCFE, I.5.2.2)
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