Estamos iniciando el año 2022 y, después de haber hecho un balance del año concluido, seguramente en nuestra mente y corazón hay un cúmulo de buenos deseos, de propósitos por alcanzar, de empezar de nuevo para ser mejores personas, con aprendizajes por aplicar y evitando errores cometidos.
San Pablo, en su camino de transformación en Cristo, sabe que no ha alcanzado la meta y con determinación dice: “olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús” (Flp 3, 13-14).
Conviene preguntarnos ¿cuál es la meta de mi vida que quiero alcanzar? ¿anhelo el premio prometido por Dios? ¿deseo transformarme en Jesús? ¿cuál es el contenido de mis deseos y propósitos para este nuevo año? ¿a qué le doy prioridad?
Madre Martha nos ayuda a concretizar nuestros propósitos y a no perder de vista el sentido de la vida: “lo pasado pasó y a empezar. Esto último es muy importante: a empezar”[1].“Hemos venido para encontrar a Cristo, y quienes ya lo han encontrado, para estrechar su unión con Él. Bien, pero… ¿existen muchos caminos para ir a Cristo? No, por cierto, sólo existe uno, y es la Caridad”[2].
Y ¿cómo vivir la caridad? Haciendo el bien, tal como lo hizo Jesús: “pasó haciendo el bien” (Hch 10,38). “No nos cansemos de hacer el bien” (Ga 6,9) y seremos recompensados.
La vida nos ha sido dada como un regalo, como un don para los demás; en la medida que vivamos la caridad, el amor, seremos transformados en Cristo y alcanzaremos la meta para la cual fuimos creados.
¿Cuál es tu propósito de vida? ¿deseas transformarte en Cristo? ¿qué harás para alcanzarlo?
Comments