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  • Foto del escritorNayeli Reyes Loyo, svcfe

Un alma que ama ¿puede decir ¡Basta!?


Esta imagen fue tomada del sitio: https://www.feconamor.com/la-amistad/

En la biografía de la Madre Martha se menciona que, del 18 al 21 de febrero de 1932, tuvo la gracia de conocer al Padre Edmundo Iturbide Reygondaud, Misionero del Espíritu Santo, quien, a partir de esa fecha, la acompañó espiritualmente hasta que él fue llamado a la presencia de Dios. Fue un encuentro que marcó su existencia, a tal grado, que la ayudó a salir de sí misma, buscar su vocación, encontrarla y hoy, sin ella proponérselo, estar camino a los altares.



En este mes de febrero mucho se habla del amor, de la amistad, de los enamorados, de aquellos que agradecen tener una mano amiga con quien compartir, con quien alegrarse o con quien sufrir. También es cierto que se ha comercializado tanto este tema que puede quedarse en la superficie, en el iceberg de lo que es verdaderamente el amor, la amistad.


Jesús nos dice: “Nadie tiene mayor amor, que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13). Y ¿qué es dar la vida? ¿qué significa hacerse amigo? El Papa Francisco, en distintos escritos, nos habla de la cultura del encuentro, de salir a buscar al que nos necesita, de escuchar al que se encuentra solo, perdido, desorientado, de afianzar relaciones, de construir puentes y derribar muros. De tener encuentros que den vida, que marquen el alma, que dejen huella, que dignifiquen a la persona humana.


Tarea nada fácil; hasta Jesús lo experimentó: “ahora mi alma está turbada. Y ¿qué voy a decir? ¿¡Padre, líbrame de esta hora!? ¡Pero si he venido al mundo para esto! (Jn 12,27). Jesús dio su vida muriendo en la Cruz, se hizo amigo de la humanidad, pero no todos aceptan su amistad.


Por ello M. Martha se planteaba esta pregunta: “un alma que ama en serio ¿puede decir: ¡Basta!, ¡Es suficiente!? ¿No pondrá algo de su miseria, para, con obras, decir ¡Gracias, Señor!?”[1] Pregunta crucial que la hizo aceptar la amistad de Jesús y agradecerla entregando día a día, la propia vida.


¿Aceptas la amistad de Jesús? ¿quieres dar tu vida por Él y los demás? ¿Qué acciones harás para lograrlo?

[1] Martha Christlieb, 1 enero 1973. Cartas a las Hermanas de la Vera Cruz Hijas de la Iglesia (AHSVCFE, I.2.1.19).

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